En la zona, muy cotizada para la construcción de viviendas, se quiere evitar la depredación de sesenta hectáreas que antes fueron parte de la campiña
Hace veinte años la famosa campiña arequipeña extendía sus límites hasta los distritos de Arequipa y José Luis Bustamante y Rivero. Hoy los terrenos de esas localidades, que son parte del centro urbano de la ciudad, son altamente cotizados para la construcción de viviendas.
Muy cerca se ubicará el Aventura Mall Plaza y en uno de sus linderos se levanta la tienda de Maestro Home Center. Entre esos dos distritos solo quedan 60 hectáreas de la otrora campiña. Se trata de una zona intangible, pero en los alrededores las construcciones no cesan.
Por ello, las autoridades de Arequipa buscan convertir esas hectáreas en un parque ecológico zonal, pero tendrían que conseguir alrededor de US$25 millones para comprar dichos terrenos. "Hace 10 años aquí había 90 hectáreas de tierras de cultivo, hoy apenas hay 60 y con amenaza de seguir disminuyendo" comentó el presidente regional, Juan Manuel Guillén, al recorrer la zona junto con el alcalde provincial Simón Balbuena y Alfredo Zegarra, burgomaestre del distrito de José Luis Bustamante y Rivero.
De no conseguir financiamiento para comprar los terrenos se ha pensado en autorizar en la zona únicamente la construcción de edificios de departamentos a fin de conservar zonas libres para las áreas verdes o recreativas.
Las autoridades se han dado 60 días de plazo para tomar una decisión final y evitar la depredación de una de las pocas áreas verdes que quedan en Arequipa.
Del Consultor: La campiña es un recurso que debe conservarse
Por Vladimir Arana Ysa, urbanista
Es claro entender que existan apetitos inmobiliarios sobre la campiña arequipeña. El lugar tiene una belleza extraordinaria y se encuentra en la puerta de la ciudad, por lo que es de fácil acceso. El cambio de uso de suelos de esta zona es responsabilidad municipal. Permitir edificaciones residenciales de media o baja densidad en la campiña solo incitará a que la zona se urbanice más rápidamente y ello atraerá al resto de actividades comerciales y de servicios que se complementan con estas áreas residenciales, lo que generará un proceso de urbanización acelerado e imparable.
Si bien la campiña es un recurso paisajístico valioso, aún no se consolida como un producto turístico. Una manera de usarla sin destruirla es mediante alianzas con empresarios privados interesados en conservar este refugio, principalmente del sector turismo, que estén dispuestos a invertir en mantener la campiña y usarla de manera sostenible. Ello es posible con las normas vigentes de promoción de la inversión privada, que otorgan facultades a las autoridades locales y regionales para crear sus agencias de promoción de inversiones.
El potencial de la campiña arequipeña es grande. Muchas ciudades perdieron sus espacios verdes y hoy tienen una calidad de vida deplorable. Los arequipeños deben conservar su campiña. Sus hijos se lo agradecerán.
Fuente Comercio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario